Jaume Sanllorente nos informa de la nueva orientación de nuestros proyectos ante la Covid-19

Sonrisas de Bombay reformula sus acciones en terreno para dar respuesta a las consecuencias de la pandemia

La India pasa a ser el segundo país del mundo con más casos de Covid-19
Con menos de 100 casos registrados, el 25 de marzo se iniciaba en la India un confinamiento con medidas muy estrictas para contener la propagación de casos. Teniendo en cuenta que la OMS recomienda un médico por cada 1.000 habitantes y que la cifra en India, sin tener en cuenta la sanidad privada, es de un médico por cada 11.000 habitantes, la medida parecía más que justificada. Ahora bien, las acciones emprendidas para frenar los contagios no tuvieron en cuenta que el confinamiento sentenciaba a millones de personas, en su mayoría jornaleros emigrados de pueblos a grandes ciudades, a quedarse con cero ingresos al no poder salir a trabajar. Y a limitar su existencia a chabolas hacinadas -o a vivir en la calle- en barrios en los que mantener distanciamiento social y unas condiciones de higiene básicas, es casi imposible. La necesidad de subsistir, llevó a miles de personas a emprender caminos imposibles para volver a sus pueblos de origen en busca de redes de apoyo, hecho que ha contribuido visiblemente a la expansión de casos, contrariamente a lo que se buscaba.

Desde principios de semana, la India ocupa la segunda posición mundial, con más de 4 millones de casos de coronavirus y un aumento diario, actualmente, en torno a los 90.000 casos y sin perspectivas de que la curva se vaya aplanar en los próximos días ni semanas. Y en concreto Maharashtra, el estado de la ciudad de Bombay en el que desarrollamos nuestra actividad, se sitúa a la cabeza del país en número de personas afectadas tanto por la enfermedad, como por las consecuencias socioeconómicas de la misma.

Las comunidades más desfavorecidas de Bombay se encuentran en una situación de extrema vulnerabilidad
En Sonrisas de Bombay desde el inicio de la pandemia hemos trabajado con carácter de emergencia para dar respuesta a las necesidades de la comunidades con las que trabajamos. Hemos insistido muchísimo en ofrecer información de calidad sobre la enfermedad, su prevención y sobre cómo acceder al sistema sanitario, así como en el reparto de materiales de higiene y de alimentos y agua, ya que en nuestros quince años de trabajo nunca habíamos afrontado una hambruna de esta gravedad. Y hemos estado en contacto permanente con las comunidades para hacer un seguimiento de su situación.

Jaume Sanllorente, fundador y Director general de la organización, informa de la reformulación de la hoja de ruta de los próximos meses

Esta semana, Jaume Sanllorente, director general de Sonrisas de Bombay, nos informaba desde Madrid, – donde se encuentra, esperando que se reabran los vuelos regulares a India, para poder regresar lo antes posible a su hogar habitual en Bombay- de la decisión de reformular el conjunto de acciones previstas en terreno durante los próximos meses, para evitar que la huella de la pandemia sea más dura y profunda con las familias con menos recursos: familias sin hogar y víctimas de la trata de personas, con las que trabajamos.

Como primera medida anunciaba la creación de un manual de crisis del que la organización se va a dotar para regir esta situación y otras que puedan presentarse en un futuro. Siempre priorizando el bienestar de las personas, y poniéndolas en el centro, se velará por la máxima seguridad de las comunidades y del equipo en todas las acciones impulsadas.

En resumen, la organización continuará centrando su acción en la sensibilización e información para prevenir la enfermedad y para ello utilizaremos espacios como los parvularios o el Smiling Bus que nos permitirá ampliar el radio de impacto. También se seguirá con la distribución de material, como las mascarillas que a pesar de costar 20 céntimos, en la mayoría de los casos no pueden adquirirlas. Y con el asesoramiento y acompañamiento para el acceso al sistema sanitario. Así como con las campañas para evitar un deterioro mayor de los espacios con los nuevos residuos.

Se adaptarán los currículums a todos los niveles para seguir fomentando el acceso a la educación en el nivel preescolar y también el trabajo con jóvenes adolescentes, mediante el programa Life Skills Empowerment. Esta adaptación tendrá en cuenta los diferentes niveles de alfabetización de las familias, así como la conectividad, que se reforzará en todos los casos. Se ofrecerán tablets que podrán ser utilizadas solo por los estudiantes y sus familias, para conseguir también, que en caso de violencia machista y/o de agresiones al menor se cuente con cierta independencia para poder denunciar.

Las profesoras de los parvularios que habían iniciado un proceso para autogestionarlos, seguirán contando con el apoyo de la Fundación tanto en el aspecto económico como en el de gestión y formativo.

Se continuará garantizando la distribución de alimentos para que los niños y niñas matriculados en los parvularios continúen manteniendo un nivel de salud y nutrición adecuados. Además. desde el proyecto Jump2Justice, se trabajará para conseguir que las familias que quedan fuera de las cartillas de racionamiento, por falta de documentación, tengan acceso a estas ayudas gubernamentales.

Se ofrecerá asistencia y acogida a las mujeres víctimas de la trata, para las que el confinamiento con sus proxenetas es insostenible, y se les propondrá participar en talleres de formación ocupacional.

También mediante el programa “Covid Angels” se acompañará a las personas que deban estar en cuarentena o en tratamiento de la enfermedad.

Un giro temporal en nuestras acciones, que nos consolida en la misión de conseguir un Bombay libre de pobreza, ya que en palabras del propio Sanllorente: “La llamada nueva normalidad no puede ser una excusa para normalizar la pobreza.” Un reto para la India y para el conjunto del mundo que, sin duda, necesita de una respuesta global, comprometida y con grandes dosis de innovación y adaptabilidad.