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Rosas con alma

 en Sensibilización, Sin categorizar

Cerrar los ojos, agarrar el tallo con los dedos e inspirar con deseo. Hay gestos tan espontáneos y al mismo tiempo tan mágicos que a veces ni nos damos cuenta de que suceden. Micromomentos de felicidad que nacen de una flor. El famoso grupo musical Mecano decía “una rosa es una rosa” y sin duda, así lo creemos en Sonrisas de Bombay. Una rosa, esta preciosa flor, es la protagonista y el hilo que une, nuestras tres historias. Mujeres que han empezado a florecer después de una lucha muy intensa por cambiar su destino con el apoyo de Sonrisas de Bombay. También las rosas son protagonistas, junto con los libros de nuestro fundador y Director general, Jaume Sanllorente, del Día 23 de abril, Sant Jordi, el día del libro y la rosa. En nuestro caso de las rosas artesanales y solidarias que llegan desde Bombay (claca para ver nuestras propuestas para este Sant Jordi).

Cecilia, Anita y Valishali, tres mujeres que han pasado todas las pantallas de sus vidas con mucha fuerza solo con el objetivo de conseguir una vida mejor. Les unen los talleres que organiza Sonrisas de Bombay, cuando empezaron a acudir a ellos cambiaron muchas cosas para las tres luchadoras. Su familia siempre ha sido su prioridad y sus ganas para que todo vaya a mejor no han cesado ni un minuto.

Sonrisas de Bombay ha aparecido en momentos clave para cambiar sus rumbos ofreciéndoles formación profesional y la oportunidad de contribuir a la economía familiar a partir de la participación en los talleres que orgaiza la Fundación, como el de la elaboración e rosas.

En sus familias la presión económica se manifestaba de diferentes formas y este paso por su parte ha dado respuesta a diferentes situaciones complejas.

Cecilia es mamá de 2 niños, tiene 45 años y su marido trabaja en Goa. Siempre había deseado seguir sus estudios superiores pero la situación económica que vivía su familia le frenó sus sueños. Los ingresos del trabajo de su marido no daban para mantener a los 4 miembros de la familia. El destino quiso que Sonrisas de Bombay se cruzara con ella y así empezó su curso de manualidades. Hizo rosas para Sant Jordi y también ha participado en otras sesiones de formación en derechos y liderazgo. Su vínculo con Sonrisas de Bombay se amplió y consiguió que su hijo mayor pudiera continuar con sus estudios.

Valishali, de quien ya os hemos hablado, ha tenido que armarse de fuerza y valor en cada etapa de su vida para poder seguir adelante. Creció en los slums de Bombay compartiendo habitación con 6 miembros de su familia. Su padre sufría alcoholismo y la comida en el plato no siempre llegaba. Finalmente su padre murió y su madre trabajaba día y noche para poder mantener a la familia. Valishali soñaba con ir al colegio y poder cambiar su futuro pero una propuesta de matrimonio cambió sus planes. La situación se volvía a repetir, su marido vivía con 10 personas. Alquilaron una habitación a las afueras de la ciudad para poder criar a sus dos hijos, a quienes les quería dar la educación que ella no había podido recibir. Se cruzó con Sonrisas de Bombay y empezó un curso de costura. A partir de aquí el futuro de Valishali y su familia dio un giro de 360º. Inició sus propios trabajos de costura para la comunidad y los ingresos que generaba daban para mejorar su situación económica. También ha participado en la elaboración de rosas para Sant Jordi.

La infancia de Anita, a quien también conocéis, estuvo marcada por la muerte de sus padres cuando era muy pequeña. Una lesión en la pierna, en su momento ignorada, hizo que nunca volviera a andar con normalidad. Se casó y alquiló una habitación pero los ingresos de su marido no daban para mantener a la familia. Un día Anita conoció  Sonrisas de Bombay a través de su amiga Sarita. Ha participado en los talleres de postales de navidad y también en el de rosas para Sant Jordi consiguiendo mejorar su situación económica.

Tres mujeres con historias vitales muy diferentes y un infinitivo en común: luchar por un futuro mejor. Empujadas y apoyadas por Sonrisas de Bombay Valishali, Anita y Cecilia siguen sus vidas con motivación, ganas y mejorando día a día su presente y futuro.

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