Día Mundial contra el Trabajo Infantil

Con motivo del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, nuestra compañera Komal Sewak, Responsable del Departamento de Sensibilización de Mumbai Smiles, ha escrito este artículo:

Nuestra experiencia nos dice que un niño debe soñar y debe estar libre de todas las limitaciones, miedos y todas las cosas negativas que suceden a su alrededor. La infancia es uno de los mejores períodos de nuestra vida y es igual para todos los niños, ya sean de aldeas o de ciudades. No existe discriminación en absoluto … ¿en serio? ¿¿O acaso la hay ?? Para algunos niños en este mundo, sólo se habla de ser pobre en los cuentos de hadas y, de manera similar, para muchos otros en todo el mundo, vivir una vida normal en la comodidad y seguridad de una familia plena es un sueño y el final de viejas y bonitas historias. Sí, esta es la dura realidad de todos los países empobrecidos, a veces conocidos como “tercer mundo”, y también resulta familiar en países en desarrollo como India.

Según el censo de 2011, en India, más de 10 millones de niños entre los grupos de edad de 5 y 14 años llevan a cabo trabajos infantiles. Bueno, este recuento son sólo datos que se registran y sobre los que se informa, sin embargo, en realidad, hay muchos más niños ocultos detrás de las cuatro paredes de sus chabolas, que luchan todos los días por acceder a una educación básica y a una guía hacia el futuro, y que lo único que pueden hacer es soñar con una buena vida.

Para India, esta situación es inevitable debido a la altísima población y a la pobreza. Las grandes familias consideran que esas pequeñas manos pueden ser de ayuda para conseguir su sustento. A la tierna edad de 3 años, estos niños y niñas comienzan a situarse junto a sus padres en las señales de tráfico con la esperanza de ganarse la simpatía y la empatía de los transeúntes. De manera constante y lenta, entienden que esta es la única forma en que pueden ganarse la vida y terminan convirtiéndola en su forma de vida.

Trabajar en el basurero recolectando chatarra, madera y otros desechos es el medio de vida de cientos de niños en Bombay y sus familias. Fotografía de Susanna Carpintero

Las peores formas de explotación infantil

La limpieza de fosas sépticas es uno de los trabajos más peligrosos y al mismo tiempo imprescindible en ciudades de millones de habitantes. Muchas familias que trabajan en estos trabajos a menudo obligan a sus hijos a introducirse en vías de acceso a las fosas diminutas. Sin ningún material de protección, como guantes o máscaras, muchas de estas familias han tenido que sacrificar a sus hijos e hijas pues a menudo los niños pierden el conocimiento y se precipitan hacia su muerte.

Además, resulta muy fácil que unas manos pequeñitas lleven a cabo tareas laboriosas, como los diseños de bordados con materiales muy costosos y, por lo tanto, muchas familias en los slums (zonas de chabolas) obligan a sus hijas e hijos a hacer este trabajo. El sistema central de legislación de la India promulgó una Ley de Trabajo infantil y Adolescente en 1986 que establece que cualquier persona menor de 14 años se denomina “niño” y, además, dicha ley prohíbe la contratación de un niño para cualquier empleo, incluso en el servicio doméstico (excepto si se trata de ayudar a la propia familia en ocupaciones no peligrosas).

Sin embargo, viviendo en una de las ciudades más costosas de la India, Bombay, es difícil seguir estas leyes y, a menudo, los habitantes se las saltan y las ignoran y consiguen escapar de la vigilancia oficial. Por lo tanto, en esas casas abarrotadas de las estrechas callejuelas de los barrios marginados, encontramos niños que pasan algunos de los mejores años de su infancia intentado ganar dinero y mantener a sus familias, ajenos a sus derechos básicos a una educación, al juego, al amor y una vida libre.

Dos chicas buscando algo para vender entre la basura en el área de de Deonar, Bombay. Fotografía de Susanna Carpintero

El trabajo de las organizaciones

Existen muchas autoridades gubernamentales y ONGs que trabajan con el objetivo de erradicar la mala práctica del trabajo infantil en el país.

Nosotros, en la Fundación Sonrisas de Bombay, hemos estado trabajando desde 2005 no sólo para erradicar la pobreza, sino también para ayudar a asegurar justicia luchando por los derechos humanos y los derechos de los niños a través de nuestro proyecto J2J (Jump to Justice). Cuando comenzamos los proyectos de educación, nos dimos cuenta de que muchas familias desconocen los derechos básicos y las leyes que protegen a sus hijos e hijas y literalmente estaban “usando” a sus hijos para tener más oportunidades de trabajo y ganarse la vida. Por lo tanto, antes de comenzar cualquier proyecto educativo, consideramos que nuestra responsabilidad principal es conseguir que todos las familias y miembros de la comunidad conozcan sus derechos básicos y los de sus hijos y asegurarles nuestro apoyo al aceptar apostar por la educación de sus hijos y no forzarlos a mendigar o a hacer cualquier trabajo que esté en contra de sus derechos.

Estamos satisfechos de ver que las familias que solían enviar a sus hijos a mendigar y a limpiar las fosas sépticas han comenzado a centrarse más en la educación de sus hijos y les permiten disfrutar de su derecho a la infancia. Estos padres y madres están tan concienciados que en esta situación actual de pandemia de Covid-19 se han esforzado por enviar un video de sus hijas e hijos recitando poemas y practicando el alfabeto a nuestro equipo de educación preescolar.

Mientras observamos esta evolución en el apoyo a sus hijos en muchos barrios, en los barrios rojos, zonas de trabajo sexual, los pequeño y pequeñas con los que trabajamos, víctimas del tráfico humano, están aprovechando el confinamiento para cultivar buenas relaciones con sus madres y aprender juntos las lecciones de la vida gracias al trabajo con nuestros equipos educativos.

Esperamos que cada año en el Día contra el Trabajo Infantil, podamos sentirnos satisfechos de liberar a más y más niños y niñas ayudarles a disfrutar de su infancia y a soñar en un futuro más prometedor y brillante.