Mapfre, o cómo trabajar el voluntariado corporativo

El pasado mes de abril sirvió para dar un primer paso importante de trabajo colaborativo con una empresa reconocida y respetada, que ha demostrado ser mucho más que eso. Mapfre ha colaborado con Sonrisas de Bombay de la mejor forma que puede hacerse, implicando a su plantilla en la preparación y desarrollo de la alianza y haciéndoles partícipes del resultado.

El voluntariado corporativo -término que seguro que muchos de vosotros habéis podido leer anteriormente- hace referencia al conjunto de iniciativas promovidas por una empresa con la finalidad de implicar y hacer participar de forma libre y voluntaria a su plantilla en causas sociales. Dicha participación puede tener lugar a través de la dedicación de tiempo, habilidades, capacidades y talento a una causa o proyecto específico que generalmente tiene como beneficiaria a una entidad sin ánimo de lucro. El voluntariado corporativo exige compromiso, solidaridad, conexión con una causa, inversión de parte de nuestro tiempo libre y sobre todo, que haya personas que apuestan firmemente por ello dentro de las empresas y organizaciones.

En esta ocasión, Mapfre quiso organizar un evento en el que implicar a parte de su personal. El fundador de nuestra organización, Jaume Sanllorente, fue invitado a la sede de la delegación de Cataluña, ubicada en Sant Cugat del Vallés, para compartir su experiencia con un centenar de empleados/as. Al término de la animada conferencia, pudimos charlar con ellos acerca de nuestro trabajo y muchos/as de ellos/as quisieron adquirir alguna de las novelas escritas por Jaume.

Poco después, con motivo de la celebración del día de Sant Jordi, sus alrededor de 400 empleados/as de esta delegación catalana recibieron como regalo una de las rosas de tela confeccionadas artesanalmente en Bombay por mujeres beneficiarias de nuestros proyectos. Estamos seguros de que pronto les estaremos recibiendo en la India para que puedan conocer de primera mano nuestros proyectos.

Para Alicia, Virginia, Pilar, Marta y al resto de su equipo, un inmenso gracias por su generosidad y cariño, y por demostrar que las grandes empresas pueden tener alma y corazón, y de esa forma, juntos, seguir generando sonrisas y transformando los futuros de quienes más lo necesitan.