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Conoce a Saioa, coordinadora de nuestro GAS en Bilbao

 en Sensibilización

Hace muy poquito que os presentábamos nuestro nuevo GAS (grupo de voluntariado) en Bilbao. Y aunque no hace mucho que han comenzado su aventura para contribuir con la labor que impulsamos desde Sonrisas de Bombay, ya os hemos tenido que hablar de este GAS en varias ocasiones porque no paran, ¡y eso nos encanta!

De hecho el próximo 3 de febrero organizan una clase de yoga a cargo de Pilar Pérez Tubío, del Centro Salud Integral Getxo para apoyar la iniciativa #GIRL. Será a las 10:30h y las entradas, de 20€, las podéis conseguir en nuestra tienda online.

Pero hoy os volvemos a hablar de este GAS para presentaros a Saioa, su coordinadora. La verdad es que os recomendamos la lectura de esta entrevista y aprovechamos para animar a Saioa en su proyecto y darle las gracias por su ilusión e implicación. ¡Mil gracias!

¡Buena lectura!

¿Cuándo empezaste a ser voluntaria?

Comencé a ser voluntaria de Sonrisas de Bombay el pasado verano, al regresar de  mi última visita a Bombay y después de haber visto los proyectos que desarrolla en la zona de slums.

¿Por qué has escogido una ONG de Cooperación al Desarrollo para ser voluntaria?

Porque nacer en un punto del planeta o en otro, en una familia o en otra, condiciona ya de por sí nuestro futuro. ¡Y no podemos decidir en algo tan importante para nosotros! Es cuestión de buena o mala suerte. Creo que quienes hemos nacido en un entorno más favorable para nuestra educación, formación y desarrollo personal lo debemos tener en cuenta, y tratar de compartir esa buena suerte con quienes no fueron tan afortunados.

¿Qué fue lo que te acercó a Sonrisas de Bombay?

Por raro que parezca, fue la cercanía de su proyecto y su mensaje optimista. La familia de mi marido es de Bombay, por lo que conocemos la situación de ciertas zonas de la ciudad. Nos gusta la forma que Sonrisas de Bombay tiene de trabajar, siempre desde el positivismo y mediante la educación y la concienciación, con los niños, adolescentes y sus familias. Donar tu tiempo libre a una causa como la de Sonrisas de Bombay es siempre bonito, pero si además puedes visitar los proyectos in situ de vez en cuando, pues aún más.

¿Qué esperas de tu colaboración?

Espero poder ayudar a difundir el trabajo de Sonrisas de Bombay. Creo que hay mucha gente generosa y solidaria, pero a veces no nos sentimos muy cómodos al contribuir en un proyecto u organización del que desconocemos su forma de trabajar. Nos gustaría dar a conocer la labor de Sonrisas de Bombay y recaudar fondos para sus proyectos mediante la realización de eventos donde quienes acudan también puedan disfrutar.

¿Cuál de los proyectos que llevamos a cabo destacarías? ¿Por qué?

Destacaría, sin duda, los proyectos de educación infantil y el proyecto GIRL, porque buscan un cambio de futuro mediante la educación y la formación. La India es un país tan grande que es imposible pensar en acabar con las injusticias sociales desde fuera; los cambios sociales verdaderos sólo pueden llegar mediante la educación en la igualdad.

¿Qué es lo que destacarías de la labor de los Grupos de Amigos de Sonrisas de Bombay (GAS)?

Destacaría la forma que tienen de hacer llegar el mensaje de Sonrisas de Bombay cargado siempre de optimismo y buen rollo. Buscar la colaboración y concienciación de más personas pero siempre con un mensaje positivo.

¿Qué es lo que más te ha impactado de la realidad de la India? ¿Cuáles son, bajo tu punto de vista, las principales necesidades

que afronta actualmente?

La India es un país enorme y tan lleno de contrastes y es difícil describirlo. No es fácil hablar de la India o intentar entenderla sin haber estado allí. Y es precisamente eso lo que más me impactó en mi primera visita y lo que me sigue impactando cada vez que voy; los contrastes. Para empezar, al ir a aterrizar en Bombay se puede ver por la ventanilla del avión que los slums llegan justo hasta la mismísima valla del aeropuerto, pero una vez desembarcas del avión te encuentras con una terminal modernísima y muy cuidada, con piezas de arte expuestas en las paredes, sin avisos por megafonía para mantener el ambiente tranquilo. Pasas el control de pasaportes y llegas al parking, donde lo primero que llama la atención son los coches tocando el claxon continuamente, el ruido constante y la sensación a humedad como de sauna. Y ya está; a partir de ahí es un contraste detrás de otro. Puedes encontrar en el mismo lugar y en el mismo instante los coches más lujosos circulando junto a carros empujados a mano; una tienda súper moderna frente a cuya puerta vende verduras un señor descalzo; un olor maravilloso al pasear por el mercado que se convierte en hedor insoportable al caminar unos pasos hacia delante…

No es fácil para mí opinar sobre un país tan grande y con tantos contrastes. He oído más de una vez, por ejemplo, que en la India las mujeres no tienen acceso a la educación, cuando yo tengo amigas y familiares indias de diferentes edades con estudios superiores, políglotas y súper bien cualificadas. Por eso creo que cualquier generalización sobre la India es, casi seguro, errónea. Aún así, sí me atrevería a decir que una de las mayores necesidades que tiene el país actualmente es conseguir la igualdad de oportunidades y conseguir que los ciudadanos conozcan bien sus derechos y sus deberes (normalmente los derechos de unos se violan al no cumplirse los deberes de otros). En este aspecto, creo que la labor que desarrolla Sonrisas de Bombay es maravillosa.

Debido a que has ido a Bombay a ver el trabajo de Sonrisas de Bombay, ¿qué destacarías de las actividades que realizamos en Bombay?

Una de las cosas que más nos gustó fue ver cómo la mayoría del equipo de Sonrisas de Bombay son precisamente vecinos de la zona donde se desarrolla el trabajo de la organización.

¿Qué le dirías a alguien que está pensando en unirse a nuestro equipo de voluntarios?

Creo que lo que más preocupa a la gente antes de hacerse voluntario es no poder dedicarle al voluntariado un número de horas determinadas. Actualmente vivimos a tal ritmo y tenemos de por sí tan poco tiempo libre que, aunque la idea del voluntariado nos atraiga, a priori da miedo el compromiso que pueda suponer. Por eso lo primero que le diría a alguien que esté pensando en hacerse voluntario es que hay muchas formas de colaborar y que no todas ellas suponen una inversión de tiempo grande. La forma de colaborar con los grupos GAS es flexible; cada uno puede colaborar aportando las ideas, recursos o tiempo del que disponga o le apetezca. Además, les invitaría a pensar que un poquito de nuestro tiempo, juntándolo con otro poquito de tiempo de otros voluntarios, puede llegar a marcar la diferencia.

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