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Aswini: atreverse a soñar

 en Mujer

Nació en una familia humilde, muy humilde del pueblecito de Alipur, en Bangladesh. Es la mayor de tres hermanos. Su padre no tenía tierras propias así que su sueldo era únicamente el que conseguía como jornalero. Su madre cuidaba de sus hijos. Pero pasaban muchas penurias económicas. Por este motivo los padres de Aswini, solo le dejaron estudiar hasta los 10 años. Y a los 12 los casaron con un joven del mismo pueblo. Este matrimonió se realizó a pesar de que el matrimonio infantil fue declarado ilegal en Bangladesh en 1929, y desde la década de 1980 la edad mínima para el matrimonio es de 18 para las mujeres y 21 para los hombres

Aswini Sonrisas de Bombay

Aswini estaba asustada, pero pensaba que igual su vida mejoraría y la de su familia, al no tenerla a cargo. Pero no, la familia de su marido también vivía en situación de extrema pobreza. Y aunque la relación familiar siempre ha sido buena, tanto con sus suegros como con su pareja, luchar para poder comer siguió siendo su sino, y lo ha seguido siendo hasta ahora.

A los 14 años tuvo a su hija. Y su marido, diagnosticado de un problema de riñón nunca ha podido aceptar determinados trabajos que incluyen esfuerzo físico. Además trabajaba como ayudante de su padre, el cuál murió en un accidente laboral, y se quedó sin trabajo. Las cosas se han ido complicando: un marido sin trabajo fijo; su suegra ha enfermado y aún no han conseguido un diagnóstico y tratamiento; y su hija ya ha empezado la escuela con seis años.

En un intento de conseguir dinero, Aswini ha empezado a trabajar como costurera, pero le cuesta mucho tener clientes. Así que con todo este contexto, y ante la posibilidad de que su hija viva la misma vida que ella, Aswini ha desarrollado una depresión y todo es mucho más difícil para ella y su familia. Una de las personas de las comunidades con las que trabaja Sonrisas de Bombay en esta zona, nos dio a conocer esta situación, contactamos con ella y en las últimas semanas hemos activado los recursos necesarios para que pueda recibir atención psicológica, así como a involucrarla en las actividades que impulsamos de formación y reinserción laboral.

Ahora Aswini se siente más fuerte y se atreve a soñar con una vida con oportunidades para ella y su familia, sobre todo para su hija.

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