Anupama, el valor de abrirse

Abrirse emocionalmente puede convertirse en el camino más difícil de emprender. Romper barreras, muchas barreras, y sacar aquello que tanto cuesta, Anupama lo ha logrado. Ha aceptado que ella no puede con todo y ha explicado su situación para obtener soluciones.

Con 26 años, la joven abandonó Bangalore destino a Bombay, con muchas esperanzas en la mochila y la mirada hacia un futuro mejor. Un familiar suyo le había prometido un trabajo en la ciudad de los sueños y una esperanzadora vida nueva. Las expectativas y el plan previsto difirieron totalmente de la realidad. La joven fue vendida por su familiar a las mafias de tráfico humano de Kamathipura y empezó a ejercer de trabajadora sexual en Bombay. Durante este tiempo contrajo VIH y tenía mucho miedo y falta de información. Su tratamiento en el contexto en el que se encontraba era impensable y no dejaba de pensar cuanto tiempo viviría con una enfermedad así.

Después de estos años viviendo en el prostíbulo, Anupama ha tenido 3 hijos: una niña de 17 y dos niños de 11 y 7 años. Anupama ha ejercido la prostitución durante todos estos años sin ningún tipo de tratamiento, ni precaución. Ha cumplido 40 años y sigue viviendo en el prostíbulo ya que le es imposible conseguir una casa donde vivir con los precios de alquiler en Bombay. Ha dejado de ejercer la prostitución y se dedica a cuidar a sus hijos allí.

Su hija de 17 años no entiende la situación que viven desde hace tanto años. Crecer en el prostíbulo con su madre enferma y en edad adolescente han hecho que la joven se sienta confundida, perdida y esto ha llevado a una rebelión constante contra su madre, la figura más cercana que tiene. Anupama acudió a Sonrisas de Bombay bloqueada, sabiendo que necesitaba ayuda, pero sin saber cómo empezar a contar su historia. Abrirse a las soluciones, algo que parece tan fácil y lógico, para Anupama ha sido realmente complicado, una mujer con una mochila de experiencias muy duras que la llevaron a un bloqueo emocional.

Sonrisas de Bombay la está ayudando a sacar todo esto que tiene dentro y trabajar soluciones a través de sesiones de terapia individuales y otras con su hija. Anupama también ha empezado el taller de acompañamiento que se lleva a cabo en el parvulario que Sonrisas de Bombay tiene en Kamathipura, el barrio de las luces rojas.

Una mujer que está sacando fuerzas donde no las hay para conseguir ordenar todos sus problemas y encontrar soluciones. Con 40 años y VIH, Anupama no deja de luchar sin cesar, recordándose a sí misma, que nunca está todo perdido. Las ganas de vivir y ver crecer a sus tres hijos le pueden y nunca tiene el no por delante. El futuro prometedor de Anupama solo acaba de empezar y desde Sonrisas de Bombay estaremos allí para acompañarla y vivirlo junto a ella y su familia.

Una vez más, queremos darte las gracias porque tu colaboración permite que Anupama y sus hijos puedan disfrutar de unas oportunidades que a esta mujer le robaron hace mucho tiempo.