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Amrita Sher-Gil: puro arte

 en Sensibilización

La artista Amrita Sher-Gil nació en Budapest, Hungría, el 30 de enero de 1913. Vivió sólo 28 años y es considerada la mayor artista del siglo XX de la India.

Su padre era un indio sij, Umrao Singh Sher-Gil aristócrata punjabi, especialista en sánscrito y persa y también fotógrafo aficionado, algo raro en la época. Su madre, Marie Antoinette Gottesmann, era cantante de ópera, húngara-judía. Durante su infancia vivió entre Europa y la India y ya se interesaba por el arte.

Cuando tenía 8 años su familia se trasladó a Summer Hill, Shimla, al norte de la India. A los 11 años volvió a Europa junto con su madre, a Italia, para estudiar arte en el Colegio Santa Anunciata, donde aprendió acerca de la pintura clásica. Sin embargo, fue expulsada al declararse atea.

A los 14 años, en 1927, regresó a la India. Era una niña de gran carácter y determinación. Comenzó a pintar autorretratos y centró su interés en transmitirles sus estados anímicos y emociones. Pero al cumplir los 16 volvió a viajar a Europa con su madre, esta vez a París. Fue alumna en la Acadèmie de Grande Chaumiere  y un año después en la École des Beaux Arts, donde estudió durante cuatro años. En París comenzó a pintar con óleo inspirada en el realismo francés de los años 20 y 30; autorretratos, desnudos femeninos y retratos de sus amistades en un estilo académico. Las obras de Amrita reflejaban su influencia occidental y su técnica era similar a la de los círculos bohemios, aunque a juzgar por los ricos colores que solía utilizar se podía intuir que sus obras tendrían más sentido en Oriente que en Occidente.

Group of Three Girls. Amrita Sher-Gil, Public domain, via Wikimedia Commons.

Regresó a la India en 1934 e inició su descubrimiento de las tradiciones del arte indio. En 1937, viajó por el sur de la India y se sintió profundamente conmovida por la difícil situación de muchas personas desfavorecidas. Esto comenzó a reflejarse en sus obras y finalmente dio lugar a pinturas como “Brahmacharis”, “El baño de la novia” y “Aldeanos del sur de la India yendo al mercado”. Su técnica y estilo no se parecían en nada a las pinturas que se le ocurrían en París. Amrita había aprendido a incorporar las tradiciones indias en sus obras y, por lo tanto, había redescubierto su propósito y estilo de pintura. Incluso le escribió a uno de sus amigos, diciendo que Europa pertenecía a personas como Picasso y Matisse, mientras que la India le pertenecía a ella.

En 1937 regresó a Hungría, donde contrajo matrimonio con su primo Víctor Egan, médico, con quien volvió a la India en 1939 estableciéndose en Saraya, Uttar Pradesh. En esos años mostró afinidad con el Congreso Nacional Indio, partidarios de la independencia, y marcado por las ideas de  Mahatma Gandhi.

Sus trabajos en la India, después de su boda, tuvieron un tremendo impacto en el arte indio en los años siguientes. Entre sus obras durante esta etapa de su vida, las mejores fueron ‘Siesta’, ‘Village Scene’ y ‘In the Ladies’ Enclosure’, todas ellas representando el contexto de las personas más desfavorecidas y las mujeres en el país. Aunque sus obras fueron celebradas por los críticos, rara vez encontraron compradores.

En 1941, se mudó con su marido a Lahore, donde pintó cuadros maravillosos como “La novia”, “Tahitiano”, “Casa de ladrillo rojo” y “Escena de la colina”, pero al poco tiempo de inaugurar su primera exposición individual, murió inesperadamente, parece ser de un aborto que se complicó en peritonitis.

Amrita Sher-Gil fue la artista asiática más joven y la única elegida como Asociada del Gran Salón de París. Por su trabajo “Chicas jóvenes”, fue galardonada con una medalla de oro en París.

Las obras de Amrita Sher-Gil han sido declaradas Tesoros de Arte Nacional por el Gobierno de la India. La mayoría de sus pinturas adornan la Galería Nacional de Arte Moderno de Nueva Delhi. Sus pinturas casi no se vendieron mientras vivió, pero más tarde se convirtió en una de las pintoras indias más caras de todos los tiempos. En 2006, “Village Scene” se vendió por la friolera de 6,9 crore rupias (795.000 euros) en Nueva Delhi. En ese entonces, era la cantidad más alta pagada por cualquier pintura india en la India.

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