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El tráfico de personas no es un sueño

 en Mujer, Trata de personas

La historia de Pooja es la de cientos de mujeres que son víctimas del tráfico de personas y la explotación sexual en India y en Bombay. Es la historia de un sueño truncado, el que aspira a una vida mejor y con más oportunidades y que, atraída por la promesa de un trabajo, engaña a cientos de niñas y mujeres de zonas rurales de la India y de países cercanos.

Pooja llegó siendo una niña a Bombay, atraída por esa promesa, pero en lugar de encontrar un trabajo fue vendida a un prostíbulo de Kamathipura. Allí se terminaron sus sueños y comenzó su pesadilla. Una pesadilla que la oprimió durante años y de la que sólo ahora está siendo capaz de superar poco a poco, con ayuda de tratamientos y de aprender a quererse a sí misma y a los demás. “Durante años odié a los hombres, a todos. Pero ahora entiendo que hay algunos hombres buenos que intentan cuidarnos y que se preocupan por nosotras” -dice Pooja.

Hoy, Día Mundial contra el tráfico de personas, desde Sonrisas de Bombay ponemos el foco en la dura realidad que afrontan más de 400.000 personas, la mayoría mujeres, en Bombay. Todas ellas estarían inmersas en algún tipo de tráfico de personas, según los cálculos de entidades como ECPAT Internacional, y hasta 180.000 de ellas serían menores de edad.

La pobreza y la desesperación de las familias son las dos circunstancias que aprovechan las redes de tráfico de personas para alimentar un negocio que proporciona enormes beneficios, especialmente cuando se orienta a la explotación sexual. Más del 80% del tráfico humano que existe en la India tiene fines de explotación sexual por parte de demandantes tanto locales como extranjeros, según un estudio de la Fundación SCELLES. Este mismo estudio comprobó que, sólo en Bombay, una mujer forzada a ejercer la prostitución genera 13.000 dólares anuales de beneficio a sus explotadores.

A pesar de todo lo que ha vivido, Pooja sigue adelante. Ella no tiene nada de valor. No recuerda momentos felices en su vida. Su objetivo ahora es encontrar un trabajo, aprender y ganarse la vida. Pero le queda sitio para otro sueño: que ninguna niña o mujer tenga que pasar por lo que ella ha pasado. Conseguir un Bombay libre de mujeres explotadas o vendidas como esclavas para la prostitución.

Gracias, Pooja, por tu fuerza.

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