Rupali vive en Bombay y tiene 39 años y forma parte del equipo de Sonrisas de Bombay. De hecho formó parte del equipo primero como ayudante y ahora como profesora, y su marido trabaja en el área de salud de Sonrisas de Bombay en India. También tiene un hijo de 20 años que estudia ingeniería electrónica.

Como decíamos, Rupali trabajó en 2017 y durante dos años como asistente en uno de los parvularios impulsados por nuestra Fundación, ahora está al frente de uno de los parvularios gestionados por las propias profesoras, como una de ellas. Este fue su primer empleo tras una larga etapa como trabajando en su hogar y criando a su hijo. Antes de casarse había llegado a estudiar hasta duodécimo curso, pero fue una vez casada cuando estudió un grado en Bellas Artes e hizo un curso de informática básico. También estudió inglés y se formó como trabajadora social. Fue justo después cuando se incorporó al equipo de Sonrisas de Bombay.

Pero lo más fascinante, empieza justo entonces. Motivada por las experiencias vividas con las comunidades con las que trabajamos, en las que la desigualdad de oportunidades, de derechos y la exclusión son una realidad flagrante, decidió estudiar derecho.

Este periodo, que empezó en 2019 y acabó en 2022, lo define como duro, con problemas económicos para poder estudiar y también para poder conciliar con sus obligaciones laborales, que no ha desatendido en ningún momento. Pero su entorno reaccionó, sabiendo lo capacitada que estaba, y su motivación, y le ayudó para que pudiera costear sus estudios. Así como agradece el apoyo de Sonrisas de Bombay para poder alcanzar su sueño.

Actualmente se siente super agradecida por el apoyo y orgullosa. Su perspectiva de la vida ha cambiado muchísimo, y lo atribuye a todo lo aprendido durante este periodo. Entiende que tiene mucha más capacidad de análisis sobre la sociedad en la que vivimos.

Y por supuesto, tiene planes: quiere hacer prácticas en un bufete de abogados, y compaginarlas con su trabajo en Sonrisas de Bombay, porque no olvida qué fue lo que la impulsó a estudiar. “Quiero ayudar a sensibilizar y a informar a las personas más vulnerables de nuestra sociedad en aquello que puede ser decisivo para sus vidas. Ir a la base de los problemas.”

Todo esto ha sucedido en el marco de nuestro equipo y no podemos sentir más orgullo. Sin duda su formación va a repercutir de manera muy positiva en su trabajo y en el del conjunto de la organización.