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Entrevista a Arantxa Martí, voluntaria en Sonrisas de Bombay
Hoy queremos presentaros a Arantxa, voluntaria de Sonrisas de Bombay en Barcelona. Para ella cada día es un aprendizaje del que siempre se puede extraer un sorbo de felicidad. Le apasiona nadar y encontrar momentos de escritura y lectura. Además, para ella, el primer libro de Jaume Sanllorente, fundador de Sonrisas de Bombay, fue un punto de inflexión en su vida y por eso quiere dar las gracias a él y a todo su entrañable equipo.
¿Cómo conociste la organización y que te llevó a hacerte voluntaria?
En 2017, leí unas palabras que removieron el alma: “…ángeles de un cielo olvidado a los que ahora tenía el inmenso honor de conocer…” Así se refería Jaume en su libro a esos niños del orfanato que le cambiaron la vida, rescatándoles de un futuro infernal y sustituyéndolo por una vida llena de esperanza. Su lectura me produjo un enorme impacto emocional y despertó mi interés en colaborar para ayudar a preservar la labor de Jaume y su organización. Ser voluntaria de esta organización es una experiencia muy gratificante que me ha regalado la vida.
¿Desde cuándo estás colaborando con Sonrisas de Bombay y cuál es tu labor?
Desde aquella lectura que cambió mi vida, soy colaboradora de Sonrisas de Bombay y también realizo voluntariado en múltiples actividades que se van organizando con fines solidarios para dar a conocer los proyectos, tan encomiables. El mercadillo de navidad es una fecha señalada, en la que la organización abre sus puertas al público, permitiéndole recorrer sus espacios llenos de color y autenticidad y adquirir artículos y libros con fines solidarios. ¡No os lo perdáis!
¿Cuál es el evento que más ilusión te ha hecho organizar?
Sin duda alguna, Sant Jordi es el día más emblemático y emocionante de todos. Ver cómo, año tras año, decenas de personas anónimas se interesan por el proyecto y acciones de la organización, se emocionan conociendo el origen de la misma, regalan a seres queridos los libros firmados por Jaume y adquieren las emblemáticas rosas de tela que confeccionan manualmente las mujeres de Bombay que han empezado una nueva vida gracias a Sonrisas de Bombay, dejando atrás su condición de víctimas de la trata, es enormemente reconfortante e impagable.
¿Te gustaría viajar a Bombay para conocer de cerca los proyectos de Sonrisas de Bombay?
Viajar a Bombay para conocer los proyectos de la organización es la ilusión de mi vida. Las vivencias e historias que narran las personas y voluntarios que ya han tenido el privilegio de conocerlos son absolutamente emocionantes. La organización abre sus puertas con generosidad a todos los que acuden a visitarla, posibilitando que las sonrisas e historias de cada uno de los niños y mujeres que integran la gran familia de Sonrisas de Bombay entren en el corazón de los visitantes y permanezcan indelebles para siempre. Sé que un día mi sueño se hará realidad.
Un mensaje para aquellas personas que aún no se han decidido a dar el paso de colaborar con Sonrisas de Bombay:
Ninguno de los niños desprotegidos de la India eligió nacer en un slum. El fatídico destino eligió por ellos. No pudieron elegir su entorno, pero, si les damos los medios, podrán elegir su futuro. Y esa decisión les hará libres.
Cada uno de los niños a los que ayuda Sonrisas de Bombay contribuirá, con su bondad, a dignificar nuestra humanidad. Cada una de las niñas y mujeres a las que Sonrisas de Bombay libera de la trata de personas, ayudará, a su vez, a otras niñas y mujeres.
Todos tenemos la responsabilidad de contribuir a ayudar a quienes lo necesitan y debemos erigirnos un pequeño eslabón de la cadena humanitaria que está convirtiendo este mundo en un lugar mejor. Con humildad, generosidad, nobleza, integridad, ética, solidaridad, altruismo y muchos valores más. Sonrisas de Bombay te ofrece la posibilidad de aportar ese granito de arena para ayudar a los más vulnerables.
Como dice Jaume en su emblemático libro: “Hacer felices a los demás es el verdadero secreto de la felicidad, no hay otro truco”. Leedlo, por favor, pues su lectura abre los ojos y el corazón. Hacedlo en honor a Pooja, Kavita, Noor, Priyanka… y tantos otros niños más.