Carta de Navidad de Jaume Sanllorente

Queridas amigas y amigos,

Nos asomamos al 2026 ilusionados ante la llegada del nuevo año, despidiendo el año que termina. Este 2025 no ha sido un año cualquiera para nuestra organización: hemos cumplido 20 años de camino.

Durante estas dos décadas de trabajo en India y en otros países de Asia, hemos aprendido mucho (¡que nunca dejemos de aprender!). Hemos visto avances y retrocesos, momentos de enorme esperanza y otros de profunda dificultad. Pero si algo hemos intentado cuidar siempre es esa mirada de infancia: la capacidad de asombrarnos ante cada pequeño logro, de indignarnos ante la injusticia, de creer —contra todo pronóstico— que el cambio es posible.

Hacerse mayor significa saber quiénes somos y por qué estamos aquí. Y al cerrar este año tan simbólico, siento que nuestra mayor fortaleza es haber llegado hasta aquí sin olvidar el impulso inicial: la convicción de que cada niño, cada niña, cada persona con y para la que trabajamos, merecen un futuro digno, y de que la solidaridad puede atravesar fronteras, culturas y lenguas.

Nada de esto habría sido posible sin vosotros. Sin quienes colaboráis, apoyáis, difundís, confiáis y sostenéis esta causa con vuestro tiempo, vuestro compromiso y vuestra generosidad. Esta organización es, sobre todo, una comunidad unida por valores compartidos.

No quisiera terminar esta carta sin mencionar los conflictos, violencia y divisiones que han traído el año que termina. Deseo profundamente que 2026 sea también un año de mayor paz, una paz que no sea solo la ausencia de guerra, sino la presencia de justicia, diálogo y respeto. Una paz que empiece en lo pequeño y alcance a quienes más la necesitan.

Os deseo, de todo corazón y en nombre de todas las personas que componemos Sonrisas de Bombay, un feliz 2026. Que el nuevo año nos encuentre con la madurez que dan los años vividos, pero también con la ilusión intacta de quien sigue creyendo, como cuando todo empezó, que el mundo puede ser un lugar más justo si no dejamos de intentarlo.

Jaume Sanllorente