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Una pesadilla de dos semanas

 en Denuncia

La desaparición de un hijo o una hija ha de ser una de las peores pesadillas que pueda vivir una familia. Esto es así en cualquier lugar del mundo. Pero para las familias con pocos recursos y cuando parece que unas vidas valen más que otras, la situación puede ser insoportable.

Este es el caso de Naisha. El 21 de noviembre a las 8:30 de la mañana, la niña salió de casa para ir a comprar unas especias que le faltaban a su madre. Cuando casi media hora después no había regresado su madre salió corriendo a la calle para buscarla. Nadie la había visto, ni vecinos, ni en las tiendas…¡nadie!. Nerviosísima su madre llamó al padre de la niña al trabajo y pasaron el día buscándola. Los vecinos les ayudaron, peinaron la zona, pero nada.

A media noche, fueron a la comisaría de policía a denunciar la desaparición. La policía también empezó a buscarla, pero nada. El día 29 de noviembre el inspector de policía contactó con Sonrisas de Bombay, como resultado del trabajo realizado por la unidad de rescate de la organización, consolidando redes con agentes claves para la resolución de este tipo de casos, y porque por protocolo el caso pasaba a ser considerado un caso potencial de trata de personas.

Rápidamente nos pusimos en marcha. Las primeras acciones que impulsamos fueron los contactos con todas las organizaciones con las que trabajamos en red para ver si alguien tenia alguna información, así como con otras comisarías de policía, y con unidades de transporte. Una serie de contactos que estamos forjando desde 2018 y que ascienden casi a 200.

La cercanía de la casa de Naisha a la estación Ram Mandir hacía sospechar la posibilidad que la niña hubiera subido a un tren de cercanías hacia Borivali o Churchgate. Por lo que insistimos en contactar con los agentes de seguridad a cargo de la estación. Primero negaron tener ningún tipo de información, pero los agentes al frente de la Railway ChildLine confirmaron que el 21 de noviembre, encontraron a las 7 de la tarde a una niña que encajaba con la descripción y la trasladaron a una casa de acogida para niñas del gobierno “Balika Ashram” en Dadar esa misma noche.

Rápidamente y mediante fotografías confirmaron con sus padres que era ella. Por fin un poco de oxígeno para reducir tanta angustia. El 30 de noviembre pudieron hacer la identificación en persona con los padres de la niña en el centro. Pese a todo la familia no entiende como ha podido suceder semejante situación. Sin duda, una mala praxis policial, que ha llevado a la niña a una casa de acogida antes que con sus padres. Y posteriormente, la falta de acción por parte de la casa de acogida o la lentitud de la administración, que no permitieron a la familia regresar junta a casa, hasta el día 1 de diciembre.

Aún así los padres y la niña están agradecidos por la resolución del caso, ¿pero cómo puede una niña de 14 años llegar hasta ahí y vivir tal indefensión e incomunicación? La mala praxis de los agentes de seguridad de la estación que debieron haber contactado con la policía dificultaron mucho la búsqueda. Por desgracia, en una ciudad en la que miles de niños viven solos en la calle, sus vidas valen poco, y poco importa también el sufrimiento de sus posibles familias. Por eso, en Sonrisas de Bombay trabajamos fortaleciendo esta red de organizaciones e instituciones y haciendo formación, para garantizar el bienestar de los niños y niñas, para evitar que negligencias como esta puedan afectar de esta manera a más niños, niñas y a sus familias.

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