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Sarita y su lucha por cambiar de vida
Sarita nos cuenta su historia y cómo es su lucha por cambiar de vida
El espacio seguro que apoyamos en Katmandú en forma de centro para mujeres víctimas de la explotación sexual, es un salvavidas para muchas mujeres. Sarita tiene solo 16 años y empujada por la pobreza y la situación de exclusión de su familia ya se ha visto obligada a experimentar este fuerte revés en su vida.
A pesar de ello, es fuerte, tiene esperanza y cree que merece una vida diferente. Ella misma nos explica su historia.
Ya lo hemos dicho, tiene 16 años y actualmente reside en Katmandú. Pero viene de un pueblo donde vivía con su familia, sus padres y sus siete hermanas y cuatro hermanos, ella es fruto de la segunda relación de su padre. La situación en su casa era precaria y para buscar soluciones, su padre se fue a trabajar fuera, pero nada mejoró, y en su casa había muchísimas tensiones. Así que además de conocer la pobreza en primera persona, Sarita no creció en un ambiente amoroso y con cuidados.
Cuando su padre llevaba un tiempo fuera dejó de enviarles dinero y fue cuando Sarita se fue de casa para trasladarse a trabajar y a estudiar a Katmandú. Se esforzó muchísimo, pero no encontraba un trabajo digno. Entonces su hermana, quien ya había recorrido el mismo camino le dijo que podía trabajar con ella en un restaurante. El problema era que en ocasiones, las relaciones con los clientes iban más allá.
Sarita lo pensó mucho, pero estaba desesperada y siguió a su hermana. La situación para ella era durísima, y además pronto confirmó que con su salario tampoco cubría sus gastos ni podía ayudar a su familia.
Empezó a pasarlo realmente mal. Estaba muy desanimada, era incapaz de sonreír y la angustia la mataba por dentro. Pero de golpe, un rayo de luz. Conoció el centro para mujeres que impulsamos en Katmandú y poco a poco empezó a participar, a compartir sus experiencias a conocer a más chicas como ella…y a ver que existen alternativas. Ahora recibe apoyo psicológico, y también apoyo para su formación. Cree firmemente que va a salir de esta vida, se siente mucho más en paz. Lo va a conseguir, pero mientras tanto se va apoyar todo lo que pueda en nuestro centro y sus recursos.
