Una experiencia que se remonta a 7 años atrás

Hace 7 años estuve llevando a cabo un proyecto audiovisual en el Sudeste Asiático con diferentes organizaciones que trabajaban en defensa de los derechos de las mujeres. En aquel viaje colaboré por primera vez con Sonrisas de Bombay; pude entender de primera mano, la situación de la mujer en India y el sistema de estratificación social de las castas que, hoy en día, todavía sigue presente.

En aquella primera visita conocí a Shamim, una mujer abandonada por su marido en uno de los slums de Bombay. Una mujer abandonada no tiene estatus, se convierte en paria social y en su caso, siendo madre y sin una educación que le permitiera una vida digna, tuvo la suerte de entrar a formar parte de la familia de Sonrisas de Bombay. Partiendo del analfabetismo, aprendió a leer y escribir, entendió como abrir una cuenta en el banco y, progresivamente, fue aprendiendo una profesión que actualmente defiende con éxito.

La mujer que conocí en 2015 me impresionó pero, la mujer que es ahora en el 2022 es todavía más sorprendente.

Habiendo colaborado generalmente con proyectos relacionados con los derechos de las mujeres y la educación; conocer a las mujeres del proyecto Udaan en esta última visita, fue muy emotivo. El proyecto Udaan es un espacio de acogida para mujeres víctimas de la trata. Un espacio seguro, donde estas mujeres pueden recuperar la dignidad de ser personas libres. Cada una de las miradas de las mujeres de esta casa, explicaba sin uso de la palabra, el peso de un trayecto oscuro; un trayecto que, despacio, estaban dejando atrás para centrarse en ellas, en su futuro, que dejaba entrever más de una sonrisa no forzada.

La trata de personas, a pesar de ser concebida como una ilegalidad, continúa siendo una problemática real. Las mujeres y las niñas pagan el precio más alto. Aunque India es la república democrática más grande del mundo, el país se sostiene sobre una pobreza generalizada. La falta de una educación adecuada, ha dado pié a un sin fin de violaciones de los derechos humanos, especialmente contra mujeres y niñas.

Yo, entre otras cosas, soy docente en la EMAV (Escola de Mitjans Audiovisuals) y este curso, el alumnado de último año está realizando parte de su proyecto final, desarrollando propuestas basadas en las necesidades de diferentes entidades y ONG’s. El objetivo principal es ofrecer el apoyo técnico y audiovisual a un sector que, generalmente, no tiene recursos para invertir en ello. Es la primera vez que intentamos algo así y, de momento, parece que ¡va viento en popa! Tenemos dos proyectos en marcha con Sonrisas de Bombay, que esperemos que vean la luz con éxito antes de las navidades

¡Y en Sonrisas de Bombay estamos seguros de que así será! Gracias.