Luchar por cambiar

Pariwartan significa cambiar en hindi, y es el nombre del proyecto que desde Sonrisas de Bombay estamos impulando en el barrio de Thamel, en la ciudad nepalí de Katmandú. Este es un centro social desde el que se presta atención y apoyo a mujeres prostituidas, muchas de ellas en situación de trata.

Cambiar su vida es lo que necesitaba la protagonista de la historia que hoy os contamos. Ella es Dinish Limbu de Pokhara (Nepal), tiene 30 años y actualente vive en Imadol, Lalitpur, está trabajando en Dohori Sanjha como camarera. Otra zona de prostitución. Tiene dos hijos.

Pero esta es su vida ahora, pero hasta ahora el abuso y las discriminaciones han marcado su historia.

Todo empezó en su casa, al nacer. Su padre quería un chico y ella fue la cuarta hija. Y de hecho la abandonaron al nacer, pero su vecino lo vio y la devolvió a su casa, donde la criaron con lo indispensable hasta los dos años y la llevaron a una casa de acogida. En esa casa estuvo hasta los siete u ocho años, no lo sabe con exactitud. Y fue enviada a Katmandú como trabajadora doméstica.

“Trabajaba muchísimo y no estudié, cosa que ha marcado también mi vida. La verdad es que tampoco me pagaban por lo que a los 14 años volví a mi casa. Donde evidentemente no fui bienvenida. Rápidamente volví a Katmandú.

Viví en la calle, conocí a una chica que trabajaba en Dohori Sanjha, la acompañé y yo también empecé a trabajar, conocí a un hombre, me enamoré y me casé. Tuve un niño y una niña. Los abusos en mi vida han venido de todas partes, incluso del propietario de nuestra casa o de la escuela de mis hijos cuando no podía pagar. Y evidentemente en mi trabajo los abusos eran constantes.

Llegó un punto en el que estaba absolutamente perdida, desesperada y rota por dentro. Ya me había separado, para huir de las

Dinish Limbu_ Sonrisas de Bombay

palizas y las adicciones, pero no sabía como cambiar de vida. Hace pocos meses conocí el proyecto impulsado por Sonrisas de Bombay. En ese momento no podía dormir y tenía pensamientos suicidas, ansiedad y un grave trastorno alimentario. Emepezar a asistir a las sesiones del centro fue un auténtico salvavidas para mi. He recuperado la confianza en mi y la fe en que voy a conseguir cambiar de trabajo.”

Una lucha larga y constante

“No ha habido un cambio radical, sigo con mi trabajo y la relación con mi hija es muy dura porque no me respeta por lo que hago. Yo solo quiera evitar que ella y su hermano tengan una vida como la mía. No será fácil, pero quiero luchar por el cambio.”

Gracias Dinish Limbu (nombre cambiado) por tu testimonio, seguiremos a tu lado #TransformandoFuturos.