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Deepmala: rompiendo cadenas

 en Educación

Ser mujer en la India no es fácil.  Si además se le añade ser menor y vivir en un barrio con pocos recursos, demasiado a menudo implica sufrir desigualdades, discriminaciones por género, abusos y poder ser captada por redes de explotación. Esta situación la viven millones de niñas, a las que la vida en su propia comunidad se les complica tan solo por el hecho de nacer mujer. Es más, la India ha conseguido el triste “primer puesto” de país más peligroso para las mujeres, según el estudio de la Fundación Thomsom Reuters. El segundo país más poblado del mundo, con más de 1.300 millones de habitantes, está clasificado como el más peligroso en tres de los temas que se midieron en el estudio: el riesgo de violencia sexual y acoso, el peligro que corren las mujeres a causa de las prácticas culturales, tribales y tradicionales, y la posibilidad de convertirse en víctimas de la trata de personas, incluidos el trabajo forzoso, la esclavitud sexual y la servidumbre doméstica. Es una dura realidad a la que tienen que enfrentarse millones de chicas, entre ellas nuestra querida protagonista, Deepmala. Una heroína que ha luchado contra viento y marea, saltando muros y rompiendo las cadenas del triste futuro que su padre tenía guardado para ella.

Amanece en el barrio de Andheri, al norte de Bombay, y Deepmala ya ha desayunado y se prepara para empezar la escuela a las 7.15 de la mañana. A las 12.30 finalizan las clases y sus próximas tareas son las labores domésticas. Prepara el almuerzo, limpia, y ayuda a cuidar de su hermano, enfermo de tuberculosis. Sus dos hermanos mayores ya no viven en casa y su hermana mayor estudia muchísimas horas. A la hora de la cena es ella también la encargada de cocinar. Su padre intenta trabajar todo lo que puede y también tiene problemas con el alcohol, con lo que su presencia en casa no es la más constructiva y cuidadosa.  Esta jovencita de 15 años, a pesar de ser una adolescente responsable, estudiar todas las tardes y hacer los deberes, vivía tan atareada y estresada por la situación que no consiguió sacar muy buenas notas. Así fue como su padre la obligó a dejar sus estudios y a quedarse en casa.

Aquí es cuando el equipo de Sonrisas de Bombay detectó el caso y consiguió que mediante el trabajo con el profesorado y su familia, Deepmala volviera a estudiar.

Es en este punto, en el que es vital promover la concienciación de familiares y la comunidad en general. En este tipo de casos es necesaria la comunicación con las familias para que entiendan que el futuro de sus hijos e hijas pasa por que acudan a la escuela y no por contribuir desde tan jóvenes a la economía familiar.

Deepmala consiguió volver a sentirse libre, volvió a la escuela y se inscribió en nuestro programa de Educación Superior, para apoyar a jóvenes adolescentes para que vivan seguras y con el mayor conocimiento y el máximo de herramientas a su alcance. A día de hoy, nuestra pequeña heroína se siente mucho más segura de sí misma, ha cursado estudios financieros e incluso dice haberse dado cuenta de la importancia que tiene la educación en su vida. En Sonrisas de Bombay trabajamos por conseguir que muchas adolescentes sigan la estela que ha creado Deepmala con su esfuerzo y valentía.

¡Seguiremos luchando para que así sea!

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