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Conoce a Rosa Balanzó, voluntaria y socia de Sonrisas de Bombay

 en Sensibilización

Nombre: Rosa de Balanzó
Ocupación: Jubilada, antes trabajaba en una asesoría fiscal.

Pregunta: ¿Cómo conociste Sonrisas de Bombay?

Respuesta: Yo siempre había pensado que cuando me jubilara, haría alguna cosa. Entonces viajé a Bombay. Ese viaje me llegó muy adentro, la pobreza, la cara de las personas… Te dan hasta lo que no tienen. Eso me llegó al corazón. Poco después, mi hija Marta me regaló un libro, el primero: “Sonrisas de Bombay. El viaje que cambió mi destino”. Me lo acabé de leer y como aparecía la página web de Sonrisas, escribí un correo. Les dije que si querían, podía ser voluntaria en la entidad. Rápidamente me llamaron, y, mira, desde entonces colaboro semanalmente.

P.: ¿Cuándo comenzaste a colaborar como voluntaria en la entidad?

R.: Hace cinco años, pero desde el 2009 soy socia de la organización.

P.: ¿Por qué decidiste vincularte a la oenegé?

R.: Porque me impactó mucho el libro de Jaume Sanllorente.

P.: ¿Qué es aquello que te llama más la atención de las comunidades con las que trabajamos y de los proyectos que impulsamos en los slums de India?
R.: Que, mediante la organización, esos niños, niñas y jóvenes puedan tener la oportunidad de estudiar y de formarse. Y que un día puedan dejar atrás la pobreza.

P.: ¿Hay alguna cosa que imaginabas diferente o que desconocías de las comunidades con las que trabajamos en India?
R.: Sabía que India era un país pobre, pero no esperaba tanta pobreza como vi. Era un país que me llamaba mucho la atención, y con una agencia organicé el viaje a India y Nepal. Nepal es muy pobre, pero India supera lo insuperable.

P.: ¿Cuál de los proyectos que hemos desarrollado en estos diez años destacarías?

R.: Aparte de los proyectos de educación con niños y jóvenes, destacaría todo lo que se organiza con las mujeres de las comunidades.

P.: ¿Por qué has decidido destacar el proyecto SEED?

R.: Porque las formaciones y las actividades que ofrece SEED ayudan a que las mujeres puedan tener oportunidades de crecer y de desarrollarse independientemente. La situación de sumisión de la mujer en India me horripila.

P.: Por último, ¿cómo animarías a las personas a implicarse con Sonrisas de Bombay?

R.: Les animaría ante todo a ser voluntarios, pero si no pueden, que colaboren con una cuota para poder ayudar a todas estas personas a salir de la pobreza. Cuando a veces me preguntan por qué ayudo en India cuando aquí hay muchas cosas por hacer, siempre les respondo que aquí no hay nadie que pase hambre, en cambio allí sí. Cuando ves las criaturas que recogen todo del suelo y se lo ponen en la boca… A mí India me atrapó, y estoy segura de que si la conoces, te atraparía a ti también.

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