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De superviviente de la trata a emprendedora: la historia de Ananya
Una nueva historia de superación que nos llena de orgullo después de 20 años trabajando contra la trata de personas
Ananya tiene 38 años y vive en una pequeña comunidad rural de Bangladesh. Su caso es uno más de los muchos que hemos podido acompañar durante estas dos décadas de trabajo de Sonrisas de Bombay, gracias al apoyo incondicional de nuestros donantes y colaboradores.
La necesidad lleva a decisiones difíciles
Ananya vivía con su familia en una situación de gran precariedad económica. Con solo estudios primarios, trabajaba como costurera desde casa mientras su marido se ganaba la vida como conductor de rickshaw. La situación económica familiar era tan complicada que sus hijos tuvieron que dejar la escuela.
En abril de 2023, movida por la desesperación y la esperanza de conseguir un futuro mejor para su familia, aceptó una oferta de trabajo como empleada doméstica en Arabia Saudí. Un intermediario le prometía un salario digno a cambio de 20.000 takas bangladesíes (unos 170 euros) para gestionar los trámites.
Una realidad muy distinta a la prometida
Lo que encontró Ananya al llegar fue una situación de explotación laboral típica de la trata de personas. Le confiscaron la documentación y el teléfono, cortando todo contacto con su familia. Trabajaba jornadas extenuantes para una familia de siete personas, recibía una sola comida al día y sufría maltrato físico y psicológico constante.
Cuando nuestra protagonista se negó valientemente a una proposición inapropiada de su empleador, fue golpeada y enviada de vuelta a Bangladesh en mayo de 2023, apenas tres semanas después de su llegada.
El difícil regreso a casa
El regreso no fue alivio. Ananya se enfrentó a la desconfianza de su propia comunidad e incluso de su familia. Los susurros y las miradas de sospecha la sumieron en una profunda depresión. Se aisló socialmente y perdió toda confianza en sí misma.
El punto de inflexión: nuestro proyecto SAPATH
Aquí es donde entra en juego el trabajo que realizamos desde Sonrisas de Bombay. A través de nuestro proyecto SAPATH, especialmente diseñado para prevenir y atender casos de trata de personas, la identificamos como superviviente de explotación laboral.
Nuestro equipo local la visitó, la escuchó con empatía y reconoció su sufrimiento. Por primera vez desde su regreso, Ananya se sintió comprendida y apoyada. Este acompañamiento emocional fue fundamental para comenzar a sanar las heridas y reconstruir la confianza perdida.
El camino hacia la recuperación
Reconociendo su determinación y fortaleza, la pusimos en contacto con la Oficina de Asuntos de la Mujer local, donde completó una formación de tres meses en costura. Al finalizar, recibió 15.000 takas (unos 125 euros) como apoyo inicial. Con el acompañamiento continuo de nuestro equipo, Ananya decidió crear un pequeño negocio que combinara sus habilidades de costura con la venta de ropa y productos básicos.
Una transformación completa
Hoy, Ananya es mucho más que una superviviente de trata: es una emprendedora respetada en su comunidad. Sus hijos han vuelto a la escuela, su familia tiene estabilidad económica y los mismos vecinos que antes desconfiaban de ella, ahora son clientes habituales de su negocio.
También ha recuperado su independencia económica, su dignidad y su voz. Su historia es un ejemplo perfecto de cómo, con el apoyo adecuado, las personas pueden superar las situaciones más difíciles.
Mirando hacia el futuro
Animada por su éxito y con nuestro continuo apoyo, Ananya está gestionando un pequeño préstamo para ampliar su negocio y crear una granja avícola que garantice la sostenibilidad a largo plazo de su familia.

Ananya, superviviente de trata, en su negocio actual.
20 años de historias como la de Ananya
La historia de Ananya se suma a todas las historias de superación que hemos podido acompañar durante estos 20 años de trabajo en la lucha contra la trata de personas y la defensa de los derechos humanos.
Cada una de estas transformaciones ha sido posible gracias al apoyo de nuestros donantes, que nos permiten estar ahí cuando las personas más lo necesitan. Gracias su confianza, podemos ofrecer no solo asistencia inmediata, sino también las herramientas necesarias para que las supervivientes de trata puedan reconstruir sus vidas con dignidad.
La historia de Ananya nos recuerda que, detrás de cada estadística sobre trata de personas, hay una persona con sueños, esperanzas y una capacidad increíble de resistencia. Y nos confirma que nuestro trabajo, vuestro apoyo y la solidaridad pueden cambiar vidas de manera real y duradera.
Si quieres formar parte de estas historias de transformación, y aún no lo haces, conoce cómo puedes colaborar con nuestro trabajo contra la trata de personas.