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Jyoti, una superviviente de la trata
Hay personas que no saben poner freno a sus sueños, aunque cueste cumplirlos. Esta es la historia de Jyoti (nombre ficticio), una mujer luchadora que no se ha dejado vencer por el miedo ni las dificultades que se han interpuesto en su camino. Jyoti vive ahora en un espacio seguro y forma parte del universo de Sonrisas de Bombay, pero el camino para llegar hasta aquí no ha sido nada fácil.
Como les sucede a muchas mujeres en la India, a Jyoti la casaron en un matrimonio de conveniencia cuando era muy jovencita, antes de entender incluso el significado del matrimonio. Sus padres se vieron obligados a tomar esta decisión por los problemas que tenía la familia para cuidar y mantener a Jyoti, a sus cuatro hermanas y a su hermano. La familia vivía en un pequeño pueblo a las afueras de Kolkata, donde la educación y los recursos son más inaccesibles que en las grandes ciudades.
Desde el principio de su matrimonio la pequeña fue agredida a diario por su marido. La situación en casa era cada vez peor, así que Jyoti decidió tomar las riendas y hablar con una amiga suya para conseguir un trabajo y escapar. Su amiga le prometió un buen trabajo en la ciudad que le permitiría ser independiente y dejar de sufrir maltratos por parte de su marido. Lo que Jyoti no se esperaba es que su amiga le traicionara. Pero así fue, no existía ese trabajo que le había prometido. Lo que había hecho su supuesta amiga, era venderla a una red de tráfico humano para conseguir dinero. Era demasiado tarde, lejos de escapar, Jyoti estaba aún más atrapada.
A los 16 años fue enviada a Kamathipura, el barrio rojo de Bombay, donde la obligaron a ejercer la prostitución. Pasados unos meses, Jyoti tuvo una hija. Cuidó a la pequeña en aquel ambiente, mientras sufría abusos de todo tipo a diario.
La familia de Jyoti se enteró de su historia y al principio le dieron la espalda, pero como necesitaban dinero, recurrieron a ella. Pese a todo, Jyoti luchó para que le permitieran enviar dinero a su familia pero tenía prohibido cualquier tipo de contacto con ellos. Ante la penosa situación de la joven, tristemente, la mayor preocupación de sus padres era que su historia afectara a los futuros matrimonios de sus otras 4 hijas, algo que realmente molestó a Jyoti. Definitivamente, estaba sola con su hija, no podía contar con su familia y mucho menos con su marido, que se sentía profundamente traicionado por ella.
Ser víctima de la trata a los 15 años tiene muchas consecuencias a nivel de salud mental y física. Superar el trauma de las situaciones vividas por chicas como Jyoti conlleva mucho tiempo. Pierden la confianza en sí mismas, y quedan cicatrices visibles y no visibles que cuestan muchísimo de aceptar o de borrar. Sin embargo, Jyoti siempre ha estado decidida a hacer frente a esa realidad a la que había sido forzada por parte de las mafias y a buscar una alternativa para empezar una nueva vida.
Con su determinación, Jyoti consiguió escapar y dejar de ser explotada sexualmente, también gracias al apoyo de la pareja, con la que vivió varios años y del cual se quedó embarazada. No suele pasar que las parejas las ayuden a escapar de este tipo de situaciones, pero Jyoti tuvo la suerte de encontrar una buena persona que la ayudó.
Embarazada de nuevo, participó en varias actividades de una ONG local de Bombay, la misma que le ayudó a recuperar a su hija de 5 años, que había sido raptada, y que consiguió que la llevaran a una casa de acogida donde la niña está ahora, a salvo de las mafias. A partir de ahí, Jyoti se sintió segura de sí misma y lista para afrontar todos los retos que se le presenten por el precio a su libertad y del bebé que llegará pronto.
Sonrisas de Bombay conoció a Jyoti en una de las actividades terapéuticas que realizamos con las mujeres víctimas de la trata en Kamathipura. A través de las diferentes actividades, Jyoti siguió en contacto con nosotros y en el momento que tuvo la oportunidad, se mudó a la casa de acogida que inauguramos en enero, para mujeres supervivientes de la trata. Tenía muy claro que quería huir del barrio rojo y de todo lo que representaba.
Ahora Jyoti participa en todas las actividades que se realizan en la casa de acogida, y está recibiendo formación en costura y, aunque las primeras semanas de adaptación fueron difíciles debido a la ansiedad y el trauma vivido, ahora parece que está cada vez más cómoda y se va adaptando a la convivencia con el resto de mujeres.
Todo el equipo está deseando seguir trabajando con ella y muy feliz de que se haya sumado al grupo de supervivientes de la trata, que ya es parte también de Sonrisas de Bombay.
Esperemos que se sienta segura y tranquila para poder llevar adelante su embarazo, mientras le apoyamos en el desarrollo de capacidades que le permitan tener más oportunidades de futuro.
Os seguiremos explicando detalles de su evolución. Gracias a la personas que nos apoyan y hacen posible que Jyoti viva esta experiencia y que más mujeres se vayan sumando a ella.