
Este 2025 es un año muy especial, celebramos 20 años de una historia que comenzó con un sueño: el de transformar la vida de las comunidades más vulnerables de Bombay.
Tuvo su inicio con 40 niños y niñas del orfanato Karuna, pero hoy Sonrisas de Bombay lucha incansablemente contra la trata de personas también en Nepal, Bangladesh, Pakistán, Sri Lanka y España.
Por eso, queremos compartir las historias de algunas de las 25.000 personas a las que con tu apoyo, Sonrisas de Bombay ha ayudado a tener una vida más digna y libre.


Surekha
Surekha tiene 52 años, es profesora de educación infantil y lleva con Sonrisas de Bombay desde el año 2010.
Antes de trabajar en los parvularios de Sonrisas de Bombay, Surekha solía dar clases particulares a domicilio después de ocuparse de sus tareas domésticas. Cuando se unió a la fundación como asistente de los parvularios, su vida dio un giro.
Aprender y enseñar siempre han sido su pasión, y su trabajo en la organización la hizo sentirse plenamente realizada. Al comenzar su carrera con Sonrisas de Bombay, experimentó que su nivel de confianza crecía y se sentía motivada para asumir nuevas responsabilidades y así es como decidió terminar su grado en la rama artística. Ha podido estudiar inglés, y se siente agradecida cuando los miembros de su familia y su marido también se sienten orgullosos de sus éxitos.
Su amor por su trabajo se ve reflejado en todos sus actos, y está profundamente satisfecha de los logros que se han obtenido en su comunidad. Su objetivo es formar buenos estudiantes y sobre todo, buenas personas que acaben convirtiéndose en ciudadanos y ciudadanas responsables y con oportunidades.


Vinayak
Vinayak tiene 51 años, es trabajador en terreno y lleva con Sonrisas de Bombay desde el 2006.
Antes de unirse a Sonrisas de Bombay, Vinayak vivía en una de las zonas más vulnerables de Bombay y trabajaba como miembro del personal de limpieza en el Holy Spirit Hospital de Andheri. En 2006, uno de sus amigos le presentó a Jaume Sanllorente, fundador y director general de Sonrisas de Bombay, y poco después pasó a formar parte del equipo de la Fundación como auxiliar de oficina y ayudando en la limpieza.
Vinayak se sintió inspirado por el compromiso de Jaume de ayudar a las personas más desfavorecidas. Tuvo el privilegio de trabajar estrechamente con él desde los inicios de la organización: desde la distribución de máquinas de coser a las mujeres, hasta la asistencia educativa, aprendió a interactuar con la comunidad, recopilar datos y abordar problemas de salud.
Durante el confinamiento por el COVID19, Vinayak participó en la distribución de alimentos y medicamentos, la organización de campamentos sanitarios y el suministro de kits esenciales a quienes vivían en la calle y en los barrios de las luces rojas. Ahora, como trabajador del proyecto Smiling Bus, nuestro autobús itinerante, recorre los congestionados barrios de slums de Bombay, se ocupa del mantenimiento del autobús y colabora en las actividades que se llevan a cabo en el proyecto.


Smita
Smita tiene 20 años, es estudiante universitaria, y lleva con Sonrisas de Bombay desde el 2018.
Vivía con su madre, su padrastro y sus hermanos en el barrio de Kamathipura, el barrio rojo más grande de toda Asia. Su madre era víctima de explotación sexual y su padrastro la maltrataba a ella y a sus hijos. Además, insistía en casar a Smita aun siendo menor, pues creía que las mujeres no deben estudiar. En 2018 empezó a asistir a las clases de Life Skills Empowerment que impartimos en el Smiling Bus, nuestro autobús itinerante, y recibió una beca escolar a través de nuestro proyecto “Acceso a la Escuela”.
Ante esta complicada situación en casa, desde la organización se le propuso instalarse en nuestra casa de acogida, Udaan. Aunque ella no era directamente víctima de la trata de personas, su madre sí lo era y el ambiente en el que vivía la convertía en una posible víctima.
Se sintió inspirada por el trabajo realizado por la ONG y decidió que también quería ser trabajadora social y ayudar a la gente. Tras aprobar el bachillerato, se matriculó en el Instituto Nirmala Niketan para estudiar la licenciatura en Trabajo Social.
Su sueño es convertirse en trabajadora social y, en primer lugar, ayudar a su propia familia y a las personas desfavorecidas de la sociedad.


Muskaan
Muskaan tiene 18 años, es estudiante de bachillerato y lleva con Sonrisas de Bombay desde el año 2020.
Los padres de Muskaan no podían costear su educación y estaba en riesgo de abandonar la escuela para ponerse a trabajar. Ante esta situación, desde Sonrisas de Bombay la incluimos en el programa de “Acceso a la Escuela” y le dimos una beca para que continuara sus estudios en la escuela Wilson.
Sin embargo, su vida no era nada fácil y le faltaba concentración y motivación: su madre se dedica a la prostitución y su padrastro ejerce de proxeneta. Todo aquello afectaba a su salud mental y a sus estudios.
Desde Sonrisas de Bombay la apoyamos y empezó a asistir a las sesiones de Life Skills Empowerment y gracias a esto y a la colaboración de su profesor, Muskaan ha conseguido superar sus dificultades de estudio y empezar con éxito sus estudios en la especialización de arte.
Para Muskaan, algunas de las sesiones que organiza la fundación le han cambiado la vida: es el caso de una sobre las redes sociales y la ciberdelincuencia. Estos conocimientos la capacitaron para actuar frente a las ciberamenazas y, en última instancia, protegerse a sí misma.
Las aspiraciones de Muskaan van más allá de lo académico: sueña con ser cantante. Con determinación y apoyo, aspira a completar sus estudios y perseguir su pasión: la música.


Lakshman
Lakshman tiene 25 años, es economista y lleva con Sonrisas de Bombay desde el 2005, los inicios.
La historia de Lakshman es como la de los otros 40 niños y niñas que vivían en el orfanato Karuna cuando Jaume Sanllorente lo conoció.
Llegó a Karuna en 2002 junto con su hermana, ya que su padre estaba postrado en cama y su madre enfermaba continuamente. No podían cuidar de ellos ni enviarlos a la escuela, así que admitieron a los dos hermanos en Karuna para que pudieran estudiar y tener un futuro mejor.
Hoy en día, ha terminado su máster en Economía y trabaja en una multinacional del sector sanitario. Sin el apoyo de Sonrisas de Bombay, nada de esto hubiera sido posible y está muy agradecido por haber podido tener esta gran oportunidad.


Prafullata
Prafullata tiene 49 años, es trabajadora social y lleva con Sonrisas de Bombay desde el año 2010.
Hoy en día, Prafullata es un referente para todos los niños y niñas beneficiarias de la organización, pero ella misma empezó su vinculación con la entidad como madre de una beneficiaria.
Ella solía dar clases de Marathi en su casa, pero la situación económica de su familia no les permitía pagar las tasas de la universidad de su hija mayor, Meghana, que quería ser ingeniera. Ante esta situación, Sonrisas de Bombay ayudó a su hija con una beca y ella empezó a participar de forma muy activa en las reuniones y sesiones que hacían para los padres y madres.
En 2014, la organización comenzó el proyecto Life Skills Empowerment y Prafullata se presentó para participar y ser una de las animadoras de las sesiones. Consiguió el trabajo y empezó a trabajar con grupos de adolescentes de las comunidades más vulnerables de Bombay. Su misión era que las niñas comprendieran la importancia de la educación para que pudieran aprender, ser independientes y tener confianza en sí mismas.
Mientras tanto, y con el apoyo de Sonrisas de Bombay, se graduó en la universidad como trabajadora social, igual que su hija, quien actualmente es ingeniera. En 2017 ascendió a coordinadora en terreno y hoy en día trabaja con 13 escuelas, organizando sesiones y ayudando a los niños y niñas a que puedan desarrollar sus habilidades y sigan sus estudios.
Prafullata está convencida de que la educación es el mejor medio para llegar a ser la mejor versión de cada uno y trabaja para que los niños y niñas más vulnerables tengan la oportunidad de un futuro mejor.


Rohit Sahu
Rohit tiene 29 años, es especialista en Recursos Humanos y lleva con Sonrisas de Bombay desde los inicios, 2005.
Cuando Rohit tenía solo 6 años fue a vivir al orfanato Karuna, el primer proyecto de la Fundación. Sus padres habían muerto cuando él era un bebé. Su abuelo, que vivía en Bombay en aquel momento, se hizo cargo de él, pero tenía muchos problemas económicos y no era capaz de cuidarlo debidamente. Un día, un profesor suyo les habló de Karuna y se fue a vivir allí.
Rohit recuerda el orfanato con cariño y afirma que descubrió el amor y la aceptación en ese lugar. Tanto los profesores, como el personal lo cuidaban de verdad y fue en Karuna donde encontró su hogar.
Actualmente, trabaja en recursos humanos en el sector bancario. Recuerda a sus amigos de Karuna y el apoyo que se daban mutuamente e incluso ahora, que muchos de ellos siguen viviendo juntos, siguen motivándose y echándose una mano cuando lo necesitan.


Varsha
Varsha tiene 34 años, es trabajadora social especializada en igualdad de género y lleva con Sonrisas de Bombay desde el año 2017.
Varsha conoció Sonrisas de Bombay cuando en 2017 su hija empezó como alumna en uno de los centros preescolares de la organización. Después de eso, consiguió una beca para que su hija empezara primaria en una buena escuela. Sin embargo, como ella misma cuenta, fue víctima de violencia machista por parte de su marido durante muchos años.
En 2018 empezó a trabajar como maestra en un parvulario de la fundación y el hecho de conseguir este trabajo hizo que aumentara la confianza en sí misma y se diera cuenta del maltrato y el daño que su marido estaba haciéndoles a sus hijos y a ella misma. En ese momento, tomó la decisión de divorciarse.
Desde entonces, se ha formado y se graduó en la universidad. En 2021, Varsha empezó a liderar el proyecto contra la violencia machista y sobre perspectiva de género de Sonrisas de Bombay. Quien fue víctima de violencia machista es hoy una mujer fuerte y segura que ayuda a otras a luchar contra ella y a prevenir el acoso y la violencia contra la mujer.
Sonrisas de Bombay cambió su vida y la de sus hijos y ahora ella está cambiando la de muchas mujeres y niñas.


Sabina
Sabina tiene 42 años, es profesora de educación infantil y lleva con Sonrisas de Bombay desde 2019.
Sabina es profesora del Centro Preescolar de Deonar. Le apasiona la enseñanza y sus aficiones se extienden a la cocina, la pintura y la creación de peluches y flores. También es esteticista y artesana.
Antes de casarse, solía dar clases de manualidades con su madre durante la ausencia de su padre por problemas familiares. A pesar de las dificultades, pudo recibir clases a domicilio con el apoyo de su marido y trabajó durante seis años con Pratham Mumbai & Ayesha English School.
En 2019, tuvo la oportunidad de empezar a trabajar como profesora en Sonrisas de Bombay, lo que supuso un cambio radical para ella. Se estableció como maestra en el centro preescolar cerca del vertedero de Shivaji Nagar e inscribió a niños de familias extremadamente vulnerables para que pudieran acceder a una educación infantil.
Las familias y los niños y niñas están profundamente agradecidos, y ella se siente orgullosa de formar parte de esta labor que tiene un impacto positivo en las comunidades.


Vijay
Vijay tiene 31 años, es chef e inició la relación con Sonrisas de Bombay desde los inicios, en 2005.
Vijay es uno de los 40 niños y niñas que vivían en el orfanato de Karuna que Jaume Sanllorente, fundador y director general de Sonrisas de Bombay, evitó que cerrara sus puertas en 2005. Vivía allí desde 2001 con su hermano Vikram, ya que su familia no podía mantenerlos ni darles acceso a la educación.
Gracias al trabajo de Sonrisas de Bombay, Vijay pudo ir a la universidad y estudió Gestión Hotelera. Actualmente, trabaja como chef en un importante hotel de 5 estrellas de Bombay. Está casado con Kiran, una de las niñas que también vivían en el orfanato Karuna. Ambos tienen un hijo, Caleb, qué está a punto de cumplir 3 años, y viven felices.
Saben que tuvieron mucha suerte de que Jaume conociera ese orfanato justo a tiempo, y están muy concienciados sobre la importancia de la educación. Por este motivo desean que su hijo tenga una buena vida y estudie para tener un futuro repleto de oportunidades.


Aarya
Aarya tiene 18 años, es estudiante de bachillerato y lleva con Sonrisas de Bombay desde el año 2018.
Al principio, Aarya era muy reservada y solitaria, lo que le impedía centrarse en sus estudios; además, debido a su tez oscura y a la pérdida parcial de visión de su ojo derecho, tuvo problemas mentales y sufrió depresión. La situación económica de su familia también era difícil, ya que vivía con su madre y su hermano. Por eso, en 2018 obtuvo una de las becas de “Acceso a la escuela” de Sonrisas de Bombay.
Las sesiones Life Skills Empowerment han desempeñado un papel crucial en la transformación de Aarya. En ellas aprendió a aceptarse a sí misma tal como es, y el equipo colaboró con los profesores para abordar sus dificultades de aprendizaje, lo que supuso un importante aumento de su confianza y mejora de sus habilidades.
Como resultado, Aarya empezó a participar activamente en actividades de grupo y a dar prioridad a su educación. Ahora, durante las sesiones de Sonrisas de Bombay, dirige los debates con confianza y motiva a sus compañeros.
Más allá de lo académico, Aarya tiene un don para la creatividad: destaca en manualidades y le encanta cantar, bailar y dibujar. Además, le gusta cocinar e incluso ha hecho algunos cursos paralelamente a sus estudios. ¡Le espera un gran futuro por delante!

Samson
Samson tiene 48 años, forma parte del equipo de rescate de Sonrisas de Bombay y lleva en la organización desde el año 2005.
Samson fue el primer trabajador de la fundación en la India. Antes había trabajado como guardaespaldas de diferentes actores de Bollywood, por lo que cuando se enteró de que había una plaza como miembro de seguridad en una organización social, no lo dudó un momento.
Consiguió el trabajo y durante los primeros años trabajó como guardaespaldas de Jaume Sanllorente, pero también recopilando datos de las diferentes comunidades con las que trabajamos, como conductor, como traductor e, incluso, como acompañante de las visitas que venían desde España a conocer los proyectos.
Durante todo este tiempo, ha vivido situaciones muy duras, pero cree firmemente en el proyecto de la organización y está muy orgulloso de su trabajo y de lo que ha conseguido. Actualmente, forma parte del equipo de rescate y, en colaboración con las autoridades locales, consiguen liberar a muchas personas de las redes de la trata de personas.
Contamos contigo para seguir cumpliendo sueños.

